SOBRE QUIMERAS Y FÁBULAS. PARTE I: ANDREU NIN Y EL POUM EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

22.05.2020

La fundación y los primeros años del POUM. 

"Hay que forjar el hierro cuando está candente." -Andreu Nin, La concepción marxista del poder y la revolución española, 1937 

La trágica historia de Andreu Nin y del partido político que fundó, organizó y dirigió, el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) quizá sea una de las más útiles y comunes armas arrojadizas entre dos posturas sobre su rol y su legado en la contienda española. Por un lado, aparecen aquellos que esgrimen la horrenda muerte de Nin y la persecución de los milicianos del POUM como prueba irrefutable de la injerencia fascista dentro de las filas republicanas y el carácter pro-fascista y absolutamente reaccionario del trotskismo. Del otro lado, aparecen los que quieren probar el irrefutable carácter reaccionario, policial, autoritario y contrarrevolucionario del "estalinismo" y de su injerencia en la guerra civil a través del Frente Popular y especialmente, actuando como influencia dominante sobre los gobernantes republicanos del PSOE y la dirigencia política y militar del Partido Comunista de España, llegando a afirmar, sin ninguna duda, que fue el Frente Popular el que propició la victoria del Bando Sublevado y el posterior ascenso al poder de Francisco Franco y la Falange Española. 

A pesar de esto, y de que el POUM se ha vuelto tópico común dentro de la memoria republicana, son raros los estudios más o menos serios que se han hecho de su historia, su línea política y su rol en los territorios donde tuvo acción durante la guerra, fuera de la glorificación y su representación como mártires o la difamación más absoluta. Desde este artículo se pretende demostrar, fuera del corto análisis típico de las organizaciones trotskistas o los apéndices de la socialdemocracia española, que gran parte de las acciones tomadas en contra del POUM se fundaron sobre acusaciones fabricadas y falsificaciones llevadas a cabo para justificar la política de la Komintern y sus dirigentes dentro de España, además de un análisis pormenorizado de la línea política del POUM y sus puntos de ruptura, tanto con la línea oficialista del comunismo encarnada por los Partidos adscritos a la Komintern como con el trotskismo. Es quizá un paso más a la desmitificación del POUM y sus dirigentes, así como una respuesta a aquellos que esgrimen sin la menor crítica las difamaciones a las que ésta organización ha estado expuesta desde antes del fin de la guerra. 

SOBRE ANDREU NIN: SÍNTESIS BIOGRÁFICA ANTES DE LA GUERRA 

La cara más conocida y reconocible del POUM es la de Andreu Nin. Se puede decir que la leyenda del POUM posterior a la guerra se debe únicamente a las extrañas circunstancias de su desaparición y muerte. Ciertamente, no era Nin el único gran teórico y referente dentro del POUM, y a lo largo del artículo resaltaremos la labor teórica y política de otros de sus dirigentes y componentes más valiosos, sin embargo, para poder empezar un artículo desmitificador, es necesario comenzar con el mayor mito. Andreu Nin nació el 4 de febrero de 1892, de origen artesano y campesino, en El Vendrell, municipio de Cataluña, España. El acercamiento de Nin a los movimientos revolucionarios y de izquierda comienza en un momento en que el catalanismo y el sentimiento nacional catalán experimentan un nuevo auge, y en el que el desarrollo del proletariado catalán estaba en pleno crecimiento como clase social, debido al auge industrial que experimentaría España en los años anteriores y posteriores a la Primera Guerra Mundial. La presencia de organizaciones revolucionarias se limitaba, al menos en los primeros años de actividad política de Nin a los sindicalistas revolucionarios y al Partido Socialista Obrero Español, heredero y parte fundamental de una Segunda Internacional en bancarrota que terminó por derrumbarse después del triunfo de la Revolución bolchevique en octubre de 1917. Nin se incorporó tempranamente al PSOE y permaneció en calidad de militante unos cuántos meses, antes de pasar a formar parte finalmente de la CNT (La Confederación Nacional del Trabajo) de inspiración anarcosindicalista. Nin había quedado francamente conmovido e impresionado por la gesta del proletariado revolucionario en Rusia y los territorios que formarían más tarde parte de la Unión Soviética y defendió apasionadamente la integración de la CNT a la Internacional Comunista en su II Congreso, celebrado en 1919, pronunciando las siguientes palabras: 

"Yo soy un fanático de la acción, de la revolución; creo en los actos más que en las ideologías lejanas y en las cuestiones abstractas. Soy un admirador de la revolución rusa porque ella es una realidad. Soy partidario de la Tercera Internacional porque ella es una realidad, porque por encima de las ideologías representa un principio de acción, un principio de coexistencia de todas las fuerzas netamente revolucionarias que aspiran a implantar el comunismo de una manera inmediata. Por esta razón, yo, que he pertenecido al Partido Socialista hasta el día en que éste acordó en su congreso permanecer en la II Internacional, os anuncio a todos vosotros, compañeros de España, que sigo siendo revolucionario; que desde el día en que el Partido Socialista [Obrero] Español acordó persistir en sus normas anticuadas, me di de baja en él para luchar con vosotros en el puro terreno de la lucha de clases."

 El Congreso de la CNT resolvió incorporarse provisionalmente a la Internacional Comunista, suscribiendo la posición de Nin y otros de sus compañeros que la defendieron. Después de esto, sustituyó al asesinado Evelio Boal como secretario del Comité Nacional de la CNT. Boal, como otros militantes de la CNT y destacados exponentes de la lucha proletaria en Cataluña, fueron asesinados por la llamada Unión de Sindicatos Libres, de inspiración carlista y reaccionaria. En noviembre de 1920 el propio Nin sufriría un atentado que casi le costaba la vida a manos de esta organización.

La CNT resolvió enviar a tres delegados a Moscú como representantes, aunque solamente llegó Angel Pestaña, que se pronunció a favor de la creación de la Internacional Sindical Roja (la Profintern) y firmó el llamado y pronunciamiento hacia el II Congreso de la Internacional Comunista. 

La acción política de Nin como miembro de la CNT entre 1919 y 1921 puede resumirse en los convulsos años del auge del sindicalismo y las organizaciones obreras en Cataluña y España. El carácter revolucionario de la CNT de entonces, como parte de un proceso de la conformación del proletariado catalán como clase en sí, propiciaron una férrea reacción de la burguesía y de sus órganos, tanto estatales como paramilitares. Citada queda ya la Unión de Sindicatos Libres que actuaron como esbirros dedicados a la aniquilación y el asesinato de líderes obreros y campesinos. Nin fue apresado en numerosas ocasiones y tuvo que trabajar en la clandestinidad. 

En 1921, un pleno clandestino del Comité Nacional de la CNT resolvió enviar a Nin, junto a Joaquín Maurín, Hilario Arlandis y Jesús Ibáñez como sus representantes en el II Congreso de la Internacional Comunista. Tras muchas peripecias llegan a Moscú los cuatro delegados. Una breve descripción del afamado escritor Victor Serge sobre la llegada de éstos ayuda a caracterizar la posición ideológica de Nin durante esos años: 

"Nin llega de Barcelona. Es joven, delgado, con una abundante cabellera ondulada, una mirada alegre detrás de sus gafas, una voz bien timbrada y que revela, ya, la firmeza. Nin me explica que no es anarquista sino rigurosamente sindicalista. Ninguna utopía en su pensamiento; su única preocupación es conquistar y organizar la producción." 

La adhesión de Nin al comunismo y al marxismo se producirá en los siguientes años, durante su estadía en la Rusia Soviética, mientras forma parte de la Profintern. Mientras tanto se lleva a cabo el Congreso de la Komintern y los delegados españoles de la CNT mantienen conversaciones con Lenin, Bujarin, Zinoviev, Kamenev y Trotsky y llegan a abogar por la liberación de los anarquistas presos por la Cheka; Maurín, Ibáñez y Arlandis regresan a España y Nin permanece en Rusia. 

Sin embargo, las cosas cambiarían. En 1922, en una conferencia de la CNT se decidió, bajo la influencia de los anarquistas que comenzaban a ser cada vez más numerosos el abandono de la organización de la Profintern y su desconocimiento de la Internacional Comunista. Nin, mientras tanto trató de salir hacia España pero fue detenido en Alemania debido a la petición del gobierno español. Una vez se negó la extra dición hacia España, Nin salió libre y resolvió regresar a Moscú. 

En Moscú colaboró primeramente con Bujarin y más tarde se haría secretario personal de León Trotsky. La mayor parte de sus biógrafos mencionan el período que va entre 1922 a 1926 como el de la transformación ideológica de Nin, abandonando sus antiguas posiciones anarquistas y "sindicalistas" para adherirse al marxismo, influenciado sobre todo por su asombro ante los logros y la capacidad de lidiar con los problemas que tenía la Revolución Rusa.

 Después de la muerte de Lenin y el posterior "ascenso" de Stalin como dirigente del PCUS, Nin, cercano ya a Trotsky y sus colaboradores se une a la llamada Oposición de Izquierda contra Stalin. La derrota de la Oposición y el posterior exilio de Trotsky en 1929 hicieron que sus colaboradores más cercanos tuvieran que huir de la URSS o fueran encarcelados. Ante este panorama, Nin fue finalmente expulsado de la Unión Soviética y regresó a España en 1930. De regreso en España, Nin dedicó sus esfuerzos a dos actividades fundamentales: la traducción y la organización política. Tradujo numerosos libros del ruso, una vez dominado este idioma al catalán, entre los que figuran grandes obras clásicas de la literatura rusa de autores como Dostoievsky y Tolstói y la traducción de numerosos libros y escritos de Trotsky, entre ellos la aún usada traducción de La revolución permanente. En mayo de 1931, junto a otros compañeros, Nin fundó la llamada Izquierda Comunista de España, de orientación "bolchevique-leninista" (trotskista) e inscrita a la Oposición de Izquierda Internacional. Normalmente, incluso desde esos años, se veía a la ICE como un grupo fundamentalmente trotskista y opuesto a las directrices de la Komintern y de Stalin. Sin embargo, a partir de su creación y de la poca injerencia que tuvieron en la vida política española debido a su muy reducido número de simpatizantes y militantes, propiciaron los primeros choques con Trotsky y la dirigencia de la Oposición. Desde el exilio en Noruega, Trotsky dedicó envenenados dichos sobre la organización de Nin, que más adelante analizaremos. 

En 1934 tienen lugar los acontecimientos de la revolución de Asturias, y la ICE es parte de la Alianza Obrera y participa en los sucesos de Octubre y los levantamientos generales a lo largo de España. Después de la derrota de la insurrección, y a consecuencia de nuevas críticas de Trotsky hacia la línea política y el actuar de la ICE durante el movimiento, su Comité Central, presidido por Nin resuelve romper con Trotsky y la Oposición. 

BREVE REPASO SOBRE LA FUNDACIÓN DEL POUM: LOS DEBATES INTERNOS Y LA UNIFICACIÓN DE LA ICE Y EL BOC 

La fundación del POUM se resume para unos en la conformación de una fracción trotskista o de un conglomerado de trotskistas, comunistas renegados y antiguos anarcosindicalistas o en la simple fusión entre dos grupos dominantes, la Izquierda Comunista Española, de la que era militante Andreu Nin y el Bloque Obrero-Campesino, dirigido por Maurín. La ICE liderada por Nin procedía, como se ha mencionado anteriormente, de la influencia del trotskismo y el comunismo consejista y de izquierda, mientras que el B.O.C. tenía inspiración de la llamada "Oposición de Derecha", otro grupo de dirigentes soviéticos durante un tiempo opuestos a Stalin. 

Ciertamente el origen del POUM puede remontarse a estos dos grupos, pero incluso antes de su fusión existieron debates internos son la incorporación a otras organizaciones, como resultado de la presencia tanto de la ICE como del BOC en la Alianza Obrera impulsada por el PSOE durante la huelga general de 1934. Algunos dirigentes y militantes de la ICE tuvieron contacto entonces con las Juventudes Socialistas de España, quiénes en ese momento y a raíz del auge revolucionario de 1934, tuvieron un acercamiento hacia posiciones más radicales que las acostumbradas dentro de su partido y específicamente hacia el Partido Comunista de España (fundado en 1921, oficialmente, para ser la Sección Española de la Internacional Comunista). Uno de los entonces dirigentes de las JSE, Santiago Carrillo, cercano a la dirigencia de la ICE, planteó la unión de estos con la JSE en miras al proceso de bolchevización. 

Entre la ICE y el BOC existió un importante proceso de trabajo conjunto, que incluso podemos llamar la semilla de su unificación. Principalmente se daría en su aproximación a la misma línea teórica sobre el asunto de las nacionalidades en el Estado Español, línea que iría cambiando conforme pasaba el tiempo y se agudizaban los debates al respecto dentro del seno de ambas organizaciones. La postura del POUM y de sus predecesores sobre la "cuestión nacional"en España será analizada en la siguiente entrega. 

En este debate interno hubo dos posiciones. La primera, defendida principalmente por aquellos allegados a Grandizo Mundis, propugnaban por una unión con el PSOE y sus juventudes, cumpliendo de esta manera las directrices que enviaba la Oposición de Izquierda sobre la táctica del entrismo en los grandes partidos "de masas", en España principalmente el propio PSOE. La otra línea, opuesta, defendida por Nin defendía la independencia de los comunistas organizados en la ICE y su fusión con el Bloque Obrero Campesino dirigido por Joaquín Maurín y rechazar, a toda costa, la incorporación de cuadros revolucionarios dentro del PSOE. La línea favorable a la incorporación a las JSE fue minoritaria y terminó acordándose la fusión de la ICE con el BOC. 

El objetivo de Nin era la creación de un partido unificado marxista, que conservase sobre todo la independencia política respecto de los otros partidos, como pieza fundamental de su carácter proletario y revolucionario. La decisión de la fusión con el BOC llevó a Nin a romper completamente con Trotsky, quien impulsaba la línea de Mundis y la táctica del entrismo en el PSOE, buscando bolchevizar a las facciones izquierdistas. Finalmente, aquellos que defendieron la línea del entrismo rompieron con la ICE y se incorporaron a las filas tanto de la JSE como del PCE. 

El proceso unificador comenzó principalmente en Cataluña, en 1935. Además de los dos grupos mencionados, caben mencionar otros más pequeños, escindidos de sendos partidos nacionalistas, como por ejemplo el Partit Catalá Proletari que se mostró a favor de la unificación de distintos grupos en un solo partido marxista. Nin dio la bienvenida a estos grupos a los debates fundacionales, mostrándose a favor de "la constitución de un partido revolucionario a través de la fusión de las organizaciones que acepten unos principios y una táctica determinadas". 

En febrero de 1935, a instancias del Partit Catalá se llevó a cabo la primera reunión entre los distintos grupos. Además de los tres ya mencionados se encontraban representantes de la sección catalana de las juventudes del PSOE y del Partido Comunista de España. La llamada a la unificación de Nin encontró varias discrepancias. Las juventudes del PSOE argumentaron su carácter de dependencia de este partido y los delegados del PCE trataron de desviar la discusión hacia la incorporación de estos grupos al partido y su subordinación a los dictados de la Internacional Comunista. Las posiciones de algunos otros delegados se inclinaron a favor de la sola unificación de los grupos comunistas y marxistas en territorio catalán, algo a lo que tanto Nin como Maurín eran opuestos, pues entre los objetivos de sus organizaciones no quedaba limitarse a la acción en Cataluña, algo que defendía igualmente el PCE pero a norma de fundirse con ellos. 

Durante la primera reunión se tomaron distintos acuerdos que aprobaron la mayor parte de delegados; son los siguientes: 

1º Los reunidos reconocemos la necesidad de unificar las fuerzas marxistas existentes; 

2° La unificación será llevada a cabo sobre la base del marxismo revolucionario, que supone: a) desarrollarse con independencia de todo partido burgués, b) toma violenta del poder a través de la insurrección armada, y c) instauración transitoria de la dictadura del proletariado"

Finalmente, tanto la negativa a incorporarse con el PCE como la negativa a limitar su actividad a territorio catalán, así como la negativa de la sección catalana del PSOE a aceptar los acuerdos tomados en la primera reunión constitutiva llevaron a todos estos grupos a romper con el esfuerzo de unificación, a principios de junio de 1935. Nuevamente quedaban solos tanto la aún pequeña ICE y el BOC.

 Una vez que las discusiones habían quedado saldadas, y que se notó la proximidad de posiciones entre el BOC y la ICE se llevó a cabo la unificación sin mayores inoportunos. El 12 de julio anunciaba el BOC su incorporación al proyecto de un partido marxista unificado y pocos días después, Nin anunciaba lo propio. 

El 29 de septiembre de 1935, finalmente se lleva a cabo la reunión de los militantes de la ICE y el BOC y se funda el Partido Obrero de Unificación Marxista, que lanza su primer manifiesto unos días después, titulado "¿Qué es y qué quiere el POUM?" donde se afirma lo siguiente: "El problema no es de ingreso o de absorción, sino de unificación marxista revolucionaria. Es un Partido nuevo el que se precisa formar mediante la fusión de los marxistas revolucionarios". La pretensión de Nin y los dirigentes del recién fundado partido, de quien Joaquín Maurín asume, provisionalmente, como Secretario General no iba encaminada a la acción de minar y dividir los esfuerzos de las asociaciones y organizaciones revolucionarias, sino con la mira puesta en la unificación de los esfuerzos de los marxistas revolucionarios y aquellos disidentes, tanto del PCE, el PSOE como de los grupúsculos trotskistas con el claro objetivo de la conformación y la creación del "Gran Partido Socialista Obrero" que el "proletariado necesita urgentemente" para la "acometida revolucionaria". Desde un principio se producen virulentos ataques contra el proyecto de unificación marxista. Curiosamente, a reserva de lo que algunos puedan pensar, los ataques más tempranos y más venenosos no provienen de la dirección "estalinista" del PCE y la línea de la Komintern sino de Trotsky y sus allegados en España, que en un titulado sutilmente como "La traición del Partido Obrero de Unificación Marxista" fechado el 22 de enero de 1936, arguye que el esfuerzo unificador del POUM se enmarca dentro de la "tradición burguesa" de los Frentes Populares y se basa en nada más que ilusiones alejadas de la realidad objetiva, además de acusarles de minar los esfuerzos acometidos por la Oposición de Izquierdas y el Secretariado Internacional de la Cuarta Internacional por ganar para sí las facciones izquierdistas y revolucionarias de los grandes partidos de masas y de los partidos ya "enviciados" por la burocracia "estalinista". Dándole la palabra a Trotsky, que critica al POUM por su propia crítica a los grupos comunistas e izquierdistas una vez estos se incorporan a las filas de los partidos socialistas para ejercer el entrismo: "No es superfluo recordar a propósito de esto que los "comunistas de izquierda" españoles, como lo indica su propio nombre, han endurecido sus rasgos para aparecer, en cada ocasión propicia, como revolucionarios intransigentes. En particular, han condenado severamente a los bolcheviques-leninistas franceses por su entrada en el partido socialista: ¡nunca y en ningún caso! Entrar de forma temporal en una organización política de masas para luchar implacablemente en sus filas contra sus jefes reformistas bajo la bandera de la revolución proletaria, es oportunismo, pero concertar una alianza política con los jefes del partido reformista sobre la base de un programa que se sabe deshonesto y que sirve para engañar a las masas y a encubrir a la burguesía, ¡eso es valentía! ¿Es posible envilecer y prostituir más al marxismo?

Sin embargo, y cómo veremos más adelante, no serán los únicos ataques trotskistas a los que se enfrentará el POUM, y los ataques por parte del PCE y los responsables de la Komintern en España harán su aparición una vez se incorpore provisionalmente al Frente Popular. 


Bibliografía 

Alba, V. (1978). La revolución española en la práctica: Documentos del POUM. Madrid: Ediciones Júcar. 

Iglesias, I. (2015). La fundación del POUM. Obtenido de Viento Sur: https://vientosur.info/spip.php?article10531

Solano, W. (2006). Breve biografía de Andreu Nin. Madrid: Fundación Andreu Nin. 

Solano, W. (2009). La significación histórica del POUM. Barcelona: Fundación 

Andreu Nin. Trotsky, L. (2014). La victoria era posible: Escritos sobre la revolución española (1930-1940). México: Ediciones IPS.


Por: Uriel Gutierrez - Brigada Comunista

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