La miseria que nos tocó vivir, consideraciones sobre el movimiento comunista en México
-A propósito del estado y momento actual del movimiento comunista en México y del papel del mismo en la lucha revolucionaria, necesitamos analizar minuciosamente y con lupa las causas y orígenes del mismo. Para esto requerimos la perspectiva de primeras fuentes, interpretaciones y una crítica visión marxista de los acontecimientos que marcaron el declive y destrucción política e ideológica del Partido Comunista Mexicano y de sus actuales herederos, en vías de deslindarse de la línea liquidacionista, oportunista y conciliadora, y construir los primeros cimientos hacía la reconstitución de la lucha comunista y de su vanguardia en México, Latinoamérica y el Mundo.
La historia del Movimiento Comunista Mexicano ha estado inmersa en un sinfín de polémicas entre los distintos actores y fuerzas revolucionarias, principalmente desde la década de 1960 en adelante. Por una parte nos encontramos como actor principal al Partido Comunista Mexicano junto a algunas organizaciones similares como el PPS o la CTM (y hasta el mismo PRI), por otra parte se encuentran los procesos alternos a las vías oficiales y hegemónicas de organización "revolucionaria" y "comunista", como lo puede ser el Partido de los Pobres (Lucio Cabañas), la Liga Comunista 23 de Septiembre con la gran labor política de Raúl Ramos Zavala y por otro lado y no menos importante, la labor del profesor Arturo Gamíz la cual tuvo como desenlace el fallido asalto al cuartel Madera en la sierra de Chihuahua en 1965.
Las voces del oficialismo de izquierda, en las cuales se encuentran íntimamente hermanados el PCM, PSUM, PPS, PRD y en la actualidad los remanentes de esa vieja socialdemocracia liquidacionista y los distintos "Partidos Comunistas de México", los cuales son meros herederos de la conciliación, revisionismo y oportunismo de sus antecesores. Ejemplo de lo anterior, podemos señalar el papel vergonzoso al que han condenado a Arturo Gamíz y su labor política, el cual consiste en reducirlo a un "coach" de la moral de la juventud comunista y alguien que llego al asalto del 23 de septiembre del 65 por meros azares del destino, desarmándolo de su labor teórica y crítica que lo llevaron a plantearse la necesidad de apartar su trabajo político y de masas del Partido Comunista Mexicano y del oportunismo y conciliación que este representaba junto al PPS, tal como lo constata en varios puntos del documento "Las condiciones Subjetivas" en febrero de 1965 ante las fuerzas estudiantiles y populares de la UGOCM en Durango:
"El PCM y el PPS o al menos sus direcciones coinciden en una serie de puntos fundamentales:
Han abrazado el revisionismo contemporáneo.
Han renunciado a la revolución. Prestan atención exclusivamente a las formas convencionales de la lucha y se olvidan de las formas revolucionarias principales.
Aceptan tan sólo lo legal y lo pacífico de la doctrina del proletariado. No se atreven a hacer más de lo que está en las listas de lo permitido, lo autorizado y lo registrado por la secretaría de gobernación.
No sienten los sufrimientos del pueblo.
Están enamorados de la paz burguesa, se han aclimatado y naturalizado a ella, se sienten inútiles fuera de su ambiente de politiquería y temen una situación revolucionaria como el pez teme que se acabe el agua.
Separan la consolidación interna de la lucha contra los enemigos, refugiándose en planteamiento metafísicos, quieren dar un paso de costado para salirse del cauce revolucionario momentáneamente detenerse a tomar aire, organizarse y acumular fuerzas para después volver al torrente revolucionario, es decir, quieren aprender a nadar fuera del agua.
Menos precian el campesino.
Son absolutamente incapaces de entenderse y llegar a acuerdos.
Se boicotean y se sobornan mutuamente, se meten zancadillas (sic) a cada paso, fomentan el sectarismo."
Con esta muy breve reseña presentada por Arturo Gamíz del PCM y PPS (hasta ese entonces actores principales del movimiento comunista en México), basta para entender lo inoperante y obsticulizante que resultaban ser los supuestos voceros del comunismo en México, de lo cual seguramente más de uno en la actualidad se sentirán identificados en su paso por las organizaciones herederas del "gran" movimiento comunista en México durante el siglo pasado.
Por otra parte, para conocer el contexto del pensamiento y acciones de los comunistas encabezados por Arturo Gamíz en el primer lustro de los años de 1960, también hay que concederle al PCM la oportunidad de defenderse. Arnoldo Martínez Verdugo quien fuese secretario general del PCM en el periodo de 1963 a 1981 (año de la liquidación del PCM), en su obra titulada "La historia de comunismo en México", el cual trata a grandes rasgos de las distintas etapas del PCM, menciona que en la etapa comprendida de 1960 a 1968 fue de un álgido momento en el movimiento obrero y magisterial, contando los increíbles pasajes de los comunistas en las tareas burocráticas y entristas en las organizaciones magisteriales del corporativismo priista y de como PCM y PPS se ponían el píe mutuamente (mencionado por A.Gamíz) y como estos se peleaban por tener el título del mayor oportunista. El silencio del PCM en la lucha del maestro Arturo Gamíz no es casualidad ninguna, desde finales de los años 40s en México la oposición y crítica a la táctica del PCM en su interior era mal vista y señalada de trotskismo o liberalismo (de lo cual hoy encontramos coincidencias, en un claro desentendimiento del centralismo democrático y del debate al interior del Partido), inclusive llegando al punto de golpetear direcciones nacionales o regionales entre el grupo oportunista, grupo mayoritario, del cual termino por asfixiar al PCM y convertirlo en una "fuerza democrática" y en 1981 liquidaría al mismo para dar paso al PSUM y otras organizaciones que tiempo después fundarían el PRD
Ante esto podemos asegurar que el silencio, inoperancia y la descomposición ideológica del MCM han relegado a uno de los momentos más álgidos en la lucha de clases en México como lo es el asalto al cuartel madera a una mera anécdota impresa en sentimentalismo y la traición a Arturo Gamíz y el GPG a convertirlos en una reliquia de heroísmo, para así ocultar el primer gran intento de la lucha armada y la revolución socialista en la segunda mitad del siglo XX.
Los defensores del PCM y de su posición ante la gesta del Asalto al cuartel Madera, podrán decir que no había condiciones objetivas ni subjetivas para la insurrección armada y mucho menos para la revolución socialista, podrían inclusive señalar esta primer acción como mero aventurismo revolucionario, pero pasemos a los años posteriores. En 1968 ocurre una de las más grandes movilizaciones estudiantiles y populares del siglo XX en México, una ola de inconformidad e insumisión se levanta contra el autoritarismo del PRI y la poca democracia existente en el país, además de fuertes reivindicaciones estudiantiles, en octubre, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz después varios episodios de represión contra los estudiantes y trabajadores decide elevar el nivel de represión a un ataque armado y una larga persecución contra los dirigentes estudiantiles y revolucionarios, varios militantes y cuadros del PCM y de la JCM caen presos, ante esto emergen dos puntos fundamentales a discutir para los comunistas de la época:
- El papel de las organizaciones comunistas de "vanguardia" en el movimiento democrático popular del 68 y sus conclusiones.
- Las nuevas condiciones y la necesidad de una nueva táctica y estrategia.
En el primer punto se mencionaba que las distintas organizaciones, en particular el PCM y la JCM fueron puestas a prueba tanto su vinculación con las masas como su capacidad de dirigir a las mismas, de lo cual se podía concluir que ambas cuestiones fueron inexistentes y eso llevaron a que la espontaneidad y la nula unidad ideológica del movimiento fuese una bomba de tiempo destinada a los eventos del 2 de Octubre.
Por otro lado, el segundo punto fue el más discutido entre las filas del PCM, en especial de la JCM, en el cual se discutía la necesidad de desarrollar nuevos lineamientos y directrices para la lucha revolucionaria en base a las nuevas condiciones que generaba la escalada de violencia estatal contra las masas organizadas. En esta discusión fue invaluable la labor de Raúl Ramos Zavala un cuadro y miembro de la dirección de la JCM, en denunciar gran parte de lo que años antes A. Gamíz denuncio acerca del papel del PCM, Ramos Zavala, reafirmo pues las tesis expuestas por A. Gamíz.
Ramos Zavala denuncia en su documento "El tiempo en que nos tocó vivir" el papel que jugaba la militancia de base del PCM - JCM y de los reiterados intentos de algunos por cambiar las condiciones imperantes al interior de ambas organizaciones y de cómo las propias estructuras eran responsables de que dichas condiciones no cambiasen
"Recién ingresados al Partido o a la Juventud, aunque se extiende a los viejos militantes y agravados por la serie de vicios adquiridos y reflejados en la propia organización. ¿Cuáles son los resultados de esta situación? Veámoslo gráficamente: sin haber superado esas limitaciones, a través de la militancia, esos
Compañeros empiezan a tener conocimientos sobre algunos instrumentos políticos, por ejemplo las famosas tres capas de la burguesía (antes del 67), el club, la célula el comité central, la lucha por la democracia, etc. Y con esta "preparación" elemental, a veces ni con ella, se le lanza al ruedo ideológico... y oportunismo, de reformismo, etc. Y estos compañeros, a combatirlas.
Esto sucede, en general, extrapolando sus iniciales "impresiones partidarias" a veces con cierta lógica, pero casi siempre con escaso contenido ideológico.
A veces nuestros oponentes se sumergen en la inactividad o en el cerradismo programático. Consideran sus tesis como verdades absolutas convirtiéndolas de hecho en frases y en algunos casos en calificativos; ante tal actitud, nosotros respiramos un poco... y a la carga con nuestra porción de clichés: "teoriquillos" "ultraizquierdistas", etc."
La obra de Raúl Ramos Zavala no queda meramente en una labor crítica e "histérica" como muchos la han señalado, en el capítulo "Acerca del Partido" y "Una latosa dependencia" al que también se le conoce como "Let it be", Raúl hace un magnifico análisis de gran parte de las razones de la existencia de dichas condiciones al interior del PCM y de los vicios que arrastraba (y sigue arrastrando) el movimiento comunista en México, los cuales ubica dentro de la equivocada concepción y asimilación de la forma organizativa del leninismo por parte del PCM y de la gran influencia de la URSS en los distintos procesos organizativos en América y Asía.
"El esquema leninista de organización fue trasladado a nuestro país en 1919, cuando el grueso de la vida política y social se encontraba en el campo, en donde las experiencias de organización eran mínimas (entre las que sobresalía el anarcosindicalismo no ortodoxo, impulsado por el movimiento Flores Magonista). Además, en ese tiempo la experiencia del movimiento obrero mexicano era muy insipiente, y sus luchas representaban un porcentaje muy reducido dentro del movimiento social de México (las principales acciones correspondieron a los movimientos de los mineros, de los tranvieros, y de los obreros textiles, respectivamente). Y no debe olvidarse que el movimiento obrero mexicano carecía de una verdadera experiencia partidaria; -la mayor parte de las tendencias organizativas se originaron, dentro del movimiento obrero, a finales del siglo XIX, pero en México tuvo la característica de la corrupción y la desestimación de sus propósitos iniciales de clase y de su posible integración. No obstante, se implanto el esquema, que resulto improcedente, por las razones que se han esbozado."
..."Tras la muerte de Lenin se modificó la orientación y la política del partido bolchevique tanto en el frente interno como en el externo. En el frente interno se transformó aquel gran Partido que toleraba e impulsaba la discusión interna y en la cual la voz de Lenin ciertamente era la cantante, pero en constante polémica con sus discrepancias. En las formas de Stalin, paralelamente se establece un ingrediente que hasta hoy perdura: la discrepancia es equivalente a traición por lo que estaría condenado como organismo partidario a ser una unidad monolítica en donde solo se escuchara una voz o tres voces como ahora y el resto contemplara con un silencio acrítico sumiso y hasta humillante los acontecimientos políticos."
Estos pasajes y el resto de la obra de Ramos Zavala, culmina en la necesidad de replantearse absolutamente todo, desde las formas, esquemas y esencia de la lucha comunista en México, en vías de romper con la política oportunista y conciliadora del PCM y dio marcha adelante a la organización de un núcleo guerrillero que sirviese como estructura de auto defensa de y la cual en compañía de una estructura política dotase de un programa revolucionario al proletariado mexicano. Tiempo después en acompañamiento de organizaciones disidentes del PCM y organizaciones independientes al PCM las ideas de Ramos Zavala, quien fue traicionado y asesinado por la policía del DF, conformarían la línea ideológica de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la cual tendría como objetivo ser la antecesora de la conformación de una organización verdaderamente de vanguardia y revolucionaria, dicho intento terminaría en uno de los pasajes más duros de represión y terrorismo estatal contra los revolucionarios del país.
Junto a la LC23S también se desarrolló la lucha del maestro Lucio Cabañas en el Estado de Guerrero. Lucio Cabañas estudiante de la escuela normal rural de Ayotzinapa era también militante del PCM y fue secretario general de la FECSM, después de la lucha pacífica y por los medios "legales" que tanto le gustaban al PCM, fue perseguido y después de la matanza de Atoyac junto a un grupo de maestros y campesinos decidió dar paso a la clandestinidad y con ello a la lucha armada. La dirección del PCM nuevamente le tachaba de aventurista y apresurado en su decisión de organizarse para responder la violencia por los mismos medios que el Estado y la burguesía guerrerense, ante ello decidió apartarse del PCM y fundar el Partido de los Pobres, quien tenía como estructura militar a las Brigada Campesina de Ajusticiamiento. La guerrilla del PdP formaría relaciones con la LC23S, las cuales no maduraron y fueron cortadas por la desmedida fuerza y brutalidad con la que el Estado mexicano respondió temerosa y acorraladamente ante la insurrección armada.
Mientras estos episodios ocurrían en las montañas, campos, barrios y ciudades, el PCM se deslindaba de todo acto violento o insurreccional, sumándose al juicio moral y político del resto de la "izquierda mexicana", en el ya citado texto de A. Martínez Verdugo, menciona que paralelamente a las tesis de Ramos Zavala y de la LC23S, las condiciones se prestaban a una lucha por un nuevo "socialismo democrático" y de la unión entre las fuerzas de izquierda por las libertades democráticas, para esto la batuta táctica era expectación y especulación (mero pragmatismo).
"Los comunistas confiaban en sumar a sus fuerzas el número de los abstencionistas, que crecía en cada proceso electoral. Predominaba la concepción de que en México existía una crisis política sin solución, en la cual el movimiento se mantendría en ascenso o pronto surgirían nuevos estallidos y el deterioro de los medios control y consenso del Estado seria paulatinado e irremediable".
"En 1970 Martínez Verdugo presentó, en una reunión plenaria del CC, un informe, que posteriormente se publicó, incorporando las aportaciones del pleno en el libro del PCM. Trayectoria y perspectiva. Se trataba de un extenso trabajo, que partía de la exposición crítica del curso histórico del PCM para extraer la experiencia del proceso de debilitamiento de la influencia de los comunistas en la sociedad, concluía que eran fundamentalmente tres razones: 1) la falta de tradición teórica del movimiento obrero y revolucionario (¡¡!!) 2) el dogmatismo 3) las acciones divisionistas y las practicas anti democráticas y formas despóticas de dirección. Este folleto se convirtió en una palanca para los cambios en el partido; se afianzo la idea de luchar por una revolución democrática en la perspectiva del socialismo."
Y fue así como desde 1969, mientras Lucio Cabañas, la LC23S y otras fuerzas revolucionarias apostaban y daban sus vidas por la insurrección proletaria, el PCM se afianzaba en el pleno revisionismo y conciliación, dando como respuesta a la represión y persecución hacia gran parte de su militancia de base y otras organizaciones la posibilidad de democratizar el Estado terrorista priista y conciliar con los representantes de la burguesía para una salida democrático burguesa a la lucha de clases.
Con la desarticulación de los grupos armados y de la conciliación entre las fuerzas de izquierda remanentes de las álgidas luchas de los 60s y 70s, el PCM con Arnoldo Martínez Verdugo y otros traidores más que hoy nos gobiernan fue liquidado al no reconocer la necesidad de una revolución socialista, sino la necesidad de un mero maquillaje "democrático" para campar a sus anchas. Después del PCM, vino la desbandada del PPS y otras organizaciones al PRD y al proyecto reformista de Cuauhtémoc Cárdenas, en 1994 ex militantes del PCM y del PPS se reúnen en la "Comisión Nacional Organizadora del Partido de los Comunistas Mexicanos" ante la necesidad de recuperar el "partido de la clase obrera mexicana" y dotarla de su identidad revolucionaria. En sus primeros pasos y andares de esta nueva "ilusión y esperanza" el "nuevo" PCM se encargaría de ganarse un lugar entre la socialdemocracia en México, además de ir a la cola de la lucha de los zapatistas, mientras en el plano internacional buscaría retomar igualmente un lugar en el centro ideológico del progresismo mundial en el Foro de Sao Paulo. En el 2010 este grupo se fraccionaria en dos, por un lado el Partido de los Comunistas Mexicanos y por el otro el Partido Comunista de México quien buscaría retomar el andar "glorioso" del Partido Comunista Mexicano.
En la actualidad el escenario no es muy distinto, mientras unos buscan avanzar otros tantos insisten en regresar al Partido Comunista Mexicano, amigo y aliado de la clase obrera, defensor de sus derechos, juez y verdugo de las expresiones de lucha del hombre y mujer proletaria. En lo político, se trabaja en una política mediática de enfrentamiento y denuncia a la socialdemocracia, mientras a espaldas de la clase obrera se concilia y fraterniza con la vieja socialdemocracia e inclusive se reivindica a los liquidadores del viejo PCM, no es raro saber de homenajes en festivales a Arnoldo Martínez Verdugo o relaciones fraternas con algunos de los viejos liquidadores y como no, con la socialdemocracia engendrada por estos (PRD).
En el 2019 se cumplieron 100 años de la lucha comunista en México, con la labor ya citada en el 1ª parte de "México y el proceso revolucionario", con ello el "nuevo" el CC del PCM publico las tesis "Un siglo de lucha de los comunistas de México" las cuales hablan acerca del proceso que llevo a la creación del PCM bajo la labor de los primeros comunistas mexicanos y el acompañamiento de la Komintern, además de un repaso a la historia del PCM desde 1921 hasta 1981. En estas tesis el "nuevo" PCM se asume como continuador de la lucha del Partido Comunista Mexicano y de los atisbos oportunistas, conciliadores y reformistas de este, habla meramente de una labor por "recuperar" la vieja identidad comunista, desde el simple hecho de adoptar el nombre de "Partido Comunista de México", entendemos que no hay rompimiento ni aprendizaje alguno de la experiencia y catástrofe para la historia del movimiento comunista en México que significó la descomposición y declive político e ideológico del Partido Comunista Mexicano durante décadas. Podemos observar además de las incendiarias frases y reiteraciones por "recuperar" la lucha de los viejos comunistas y la táctica oportunista del viejo PCM por tener mínima injerencia en el movimiento sindical. Vemos en estas tesis que no existe rompimiento alguno, que la historia oficial del "nuevo" PCM en la que retrata dos ciclos distintos entre 1921-1981 y el de la "reorganización" abierto en 1994 es en realidad parte del mismo tanto en el supuesto papel y vinculo del Partido Comunista con las masas y la lucha de clases, así como de su funcionamiento orgánico, viciado e inoperante, reproduciendo abiertamente la misma política que cualquier partido socialdemócrata o corporativistas en su afán de tener un lugar a la cola del viejo sindicalismo y de la espontaneidad de las masas, mientras en lo orgánico encontraremos a los mismos loros y aduladores, "marxistas" desposeídos de la identidad crítica del comunista remplazada por el adoctrinamiento cuasi religioso.
.En lo que respecta a las figuras de los grandes revolucionarios hoy citados y de los momentos álgidos de la lucha de clases en México de los que fueron protagonistas, se puede resumir en una mera apropiación de sus vidas y obras, a los cuales se les despedaza y se les da a la horda de seguidistas el Lucio, Arturo y Raúl militantes del PCM, acríticos y cuando es inocultable, aventuristas.
El proceso revolucionario en México comienza a replantearse, en distintas formas y expresiones para ello es necesario voltear hacia nuestro pasado, ser críticos con nosotros mismos a cada paso que demos, activar el debate interno; una organización que no discute, que no debate y que no polemiza entre sí misma y el resto del movimiento comunista y revolucionario, está condenada al fracaso de la inmovilidad. La condiciones se agudizan, la espontaneidad de las masas avanzan. ¿Qué lugar deseamos tener?
La experiencia acumulada para los y las comunistas de México durante el siglo XX sin duda alguna debe ser analizada y criticada, debemos romper con los posicionamientos del oportunismo se vista de izquierda burguesa o se vista de Partido Comunista, debemos analizar minuciosamente como es que el ciclo revolucionario de Octubre se fue de manera estrepitosa en declive hacía el revisionismo, oportunismo y derrotismo de las estructuras revolucionarias organizadas en México y el mundo tanto por la Komintern como por los procesos revolucionarios de las fuerzas de vanguardia durante los últimos años de la década de 1910 y la década de 1920. La experiencia y visión de los primeros procesos disidentes del Partido Comunista y de la línea del PCUS - Komintern, como por ejemplo la lucha y pensamiento de Arturo Gamíz, así como Raúl Ramos Zavala y la LC23S, los cuales optaron por deslindarse de los lineamientos oportunistas imperantes en el movimiento comunista mexicano y proponer distintos caminos para la revolución socialista en México y una respuesta a las condiciones de represión y persecución de la que el proletariado organizado eran víctimas, con esto igualmente nos daremos a la tarea de analizar en un futuro la experiencia de la lucha armada y guerrillera en nuestro país.
Referencias
[1]-
Arturo Gamíz García, 1965, El mundo que
nos tocó vivir, Chihuahua, México.
[2] -
Arnoldo Martínez Verdugo, 1985, La
historia del comunismo en México, Distrito Federal, México. Editorial
Grijalbo.
[3]
Raúl Ramos Zavala, 1970, El tiempo que
nos tocó vivir, Monterrey, Nuevo León, México.
[4]
Partido Comunista de México, Tesis "Un
siglo de lucha de los comunistas de México", México.
Por: Emmanuel Camacho - Brigada Comunista
Por: Emmanuel Camacho - Brigada Comunista
