Ciclo de Educación Revolucionaria - Brigada Comunista
I.
Breve introducción a la necesidad del C.E.R.
"Pues bien, al abordar desde este punto de vista el problema de las tareas de la juventud, debo decir que las tareas de la juventud en general y de las Uniones de Juventudes Comunistas y otras organizaciones semejantes en particular, podrían definirse en una sola palabra: aprender." - Lenin, 1921, Tareas de las Juventudes Comunistas
Han transcurrido casi 30 años desde la disolución de la Unión Soviética y del derrocamiento de los procesos revolucionarios que encontraron en la Revolución de Octubre el ejemplo de que construir un nuevo mundo y una nueva sociedad era una realidad. Con ello el marxismo devino como la teoría y la ideología revolucionaria de la emancipación proletaria, la obra de Karl Marx y Friedrich Engels, encontraría en Lenin el discípulo más comprometido para enriquecer y fortalecer al marxismo como la teoría de vanguardia revolucionaria.
El papel que destacaron Lenin y los bolcheviques sigue y seguirá durante mucho tiempo dándonos valiosas lecciones y aprendizajes, después de la muerte de Marx y los últimos años de vida de Engels la burguesía y los oportunistas llevaban un tiempo en la labor de la tergiversación del socialismo científico como si se tratase de un dogma del que había que "extraer" ciertas cuestiones y otras más tirarlas a la basura. La II Internacional fue, por excelencia, el semillero de toda clase de tergiversadores y reaccionarios. Lenin, por su parte, libró durante toda su vida una batalla a muerte contra los oportunistas y tempranos "liquidadores" del marxismo, además de terminar por destripar al capitalismo y a la burguesía de toda posibilidad de perpetuar su orden caduco.
El movimiento revolucionario a finales del siglo XIX y durante la primera década del siglo XX logró salir victorioso en muchas ocasiones contra el enemigo de clase y sus aliados incrustados en los círculos revolucionarios. La obra y teoría marxista alcanzo su auge como teoría de la revolución venidera, la revolución socialista. El trabajo de los bolcheviques bajo la consigna "la revolución no se hace, se organiza", volvió a reafirmar que la revolución no constataba de un acontecimiento aislado o espontáneo, sino en el devenir del desarrollo del sujeto revolucionario transformado en Partido de nuevo tipo que tiene la capacidad de transformar el estado de las cosas. Dicho trabajo que se centró en la educación revolucionaria del proletariado logró constituir la formación de intelectuales de la clase obrera capaces de cumplir en todo escenario y en todo momento las tareas y necesidades del proletariado para lograr la constitución de sí mismo en clase revolucionaria.
Con la toma del poder en Octubre de 1917 y con todos los acontecimientos, experiencias y enseñanzas tras ello, el Marxismo Leninismo fue la teoría e ideología de vanguardia del periodo revolucionario que tendría como objetivo la revolución proletaria mundial, sería el Marxismo Leninismo y la época de revoluciones proletarias iniciada en la revolución de octubre, quienes encabezaron importantes procesos revolucionarios, los cuales se plasmaron desde la derrota espartaquista en 1919, la consolidación y materialización del principio internacionalista "Proletarios de todos los países, uníos" mediante la construcción de la Internacional Comunista (Comintern), la lucha contra el fascismo, las luchas de liberación nacional, la construcción del campo socialista (el cual devino en experiencias de la construcción del socialismo y de democracias populares) y la revolución socialista en China, así como otros ejemplos que abonaron a la lucha por la revolución proletaria mundial.
Todos estos ejemplos y escenarios mencionados tuvieron origen en la universalización del comunismo y del Marxismo-Leninismo, la cual no puede ser remitida a seguidismo/movimientismo, sino a la labor de Lenin y los bolcheviques en cuanto a la importancia de la constitución política, teórica e ideológica del proletariado y los pueblos del mundo, enseñando que el comunismo pasa forzosamente por una escuela de educación revolucionaria. Una escuela capaz de formar entre la clase proletaria auténticos profesionales de la revolución.
La consolidación del Marxismo-Leninismo, no fue solamente la serie de enseñanzas y experiencias, es también hoy el triunfo y deslinde de la línea revolucionaria con respecto a los lineamientos de la burguesía y la pequeña burguesía que durante décadas fueron los principales obstáculos a vencer. El Marxismo-Leninismo ha demostrado su capacidad totalizadora para enfrentar al enemigo de clase en todos los escenarios posibles, muchas veces inclusive, al interior del Partido Comunista; dicha experiencia resulta necesaria si es que en verdad la presente y las venideras generaciones pretendemos transformar el estado de las cosas y destruir el presente orden de explotación y opresión.
II.
¿En qué consiste el CER?
La actual situación y estado de la lucha comunista nos demuestran que el Marxismo-Leninismo está temporalmente privado de su papel como vanguardia de ideológica del proletariado para la revolución, dejándonos como tarea inmediata, desde los planteamientos mínimos, como lo es la educación revolucionaria, y la constitución de cuadros comunistas, hasta la construcción del (nuevo) Partido de Nuevo Tipo. En Brigada Comunista, hemos publicado algunos balances y críticas hacia el Partido Comunista y sus irremediables limitantes, y que en muchos casos la burguesía y los oportunistas han encontrado en el viejo y pútrido cadáver del Movimiento Comunista (nacional e internacional) la principal herramienta para contener el desarrollo de las luchas revolucionarias.
La educación revolucionaria es para la Brigada Comunista el terreno en donde se han de sentar las bases para plantear la reconstrucción del movimiento comunista y regresar a los campos de batalla históricos al Marxismo-Leninismo.
¿Qué entendemos nosotros por "ciclo"? Se plantea como un periodo determinado en que nuestra principal línea de acción se enfoque en sentar las bases políticas y organizativas que permitan la sistematización de la formación político-ideológica como base fundamental para la construcción de cuadros comunistas.
El Ciclo de Educación Revolucionaria no es una serie de "acciones" ni se supedita simplemente a los espacios reducidos de las "escuelas de cuadros" o a la curiosidad intelectual de cada uno de los miembros. Se toma a la educación revolucionaria como línea central en el sentido de que se busca romper de tajo con las concepciones del revisionismo y el oportunismo de la "organización comunista" como organización a coerción, como simple forma orgánica carente de principios y de guía ideológica clara, donde el papel de la formación político-ideológica queda relegado a un segundo plano, sino es que hasta llega a ser borrada de un plumazo a favor de la "unidad interna" del Partido y se proclama que aquél que no milite bajo coerción, que no consienta en rebajar su papel de revolucionario a simple activista social, no es comunista. Todo aquél que participe en el proceso del Ciclo de Educación Revolucionario debe hacerlo conscientemente, esto es, admitiendo la importancia que tiene la formación político-ideológica, y estando activamente involucrado en las tareas que plantee el mismo desarrollo del Ciclo.
La vinculación con el proletariado no se puede lograr, en este momento específico, simplemente a partir del conocimiento de sus condiciones inmediatas y más apremiantes, económicamente hablando, sino que se debe partir de la elevación de consciencia proletaria, de dar herramientas necesarias al proletariado que le permitan negar su propio ser social encadenado al embrutecimiento que necesariamente le impone el capitalismo. No se puede hablar de revolución si reducimos ésta al estado actual del proletariado, a su simple lucha económica contra el capitalismo que, observamos, pueden llevar a cabo sin necesidad del Partido Comunista.
Entendemos, tal como menciona Lenin, que la consciencia de clase espontánea es forma embrionaria de lo consciente, pero que lo consciente no nace espontáneamente de las condiciones inmediatas en las que se encuentra el proletariado. En tales condiciones, el proletariado sólo puede acuñar una conciencia sindicalista, economicista, que lo retrotrae a la necesidad de agruparse y organizarse para llevar a cabo la necesaria lucha económica de resistencia contra el capitalismo. La conciencia revolucionaria de su papel histórico debe introducirse desde fuera. Por lo que fundamentalmente debemos llevar la educación revolucionaria al proletariado, de tal manera que el desarrollo de este ciclo de educación sea no solo una introducción, o una primera aproximación, sino un proceso que permita al proletariado un desarrollo cualitativo de su consciencia y de su acción. Si el proletariado ha de ser sujeto revolucionario, debe partir de su organización consciente y no simplemente de su lucha espontánea. La educación revolucionaria busca trascender los estrechos límites de la conciencia sindicalista impuesta al proletariado por su posición en el proceso de producción.
Consideramos como paso esencial hacia la conformación del Partido de Nuevo Tipo que el marxismo se posicione (nuevamente, aunque no en su forma antigua, sino superada dialécticamente) como vanguardia ideológica dentro del movimiento revolucionario y que de ésta manera la toma de consciencia del proletariado no se limite a sus condiciones inmediatas, sino a una previa aprehensión y entendimiento del marxismo, de su inherente papel histórico y de la necesidad de su organización como partido político, sujeto de la transformación social.
Por lo tanto, en lugar de plantearnos como condición necesaria para la organización de la revolución un simple vínculo con sus condiciones dadas, planteamos como inmediata la educación revolucionaria del conjunto de la clase trabajadora que le permita alzarse como clase revolucionaria, negar su ser "respecto del capital" y desarrollarse como clase para sí misma, que se encuentre en verdaderas condiciones para organizarse como partido político.
Del Ciclo de Educación Revolucionaria deben salir cuadros profesionales, íntegros (no entendidos como simples funcionarios burocráticos, o aplicando una división del trabajo intelectual-material); no militantes mínimos, mera mano de obra, sino revolucionarios profesionales. Es nuestro deber el que los cuadros revolucionarios del proletariado se constituyan como tal. La inexistencia de tales cuadros no es simplemente problema de las condiciones materiales, sino de la propia incapacidad (o inexistencia) de un movimiento revolucionario que los forme como tal.
Proclamamos que sin asimilación, sin aprehensión, sin formación político-ideológica no puede existir movimiento revolucionario. Sin teoría revolucionaria no se lleva nada al proletariado más que su conciencia inmediata y los pasos que se den están destinados a ser pasos en falso. Por lo tanto, en este estado, no hay movimiento revolucionario.
La principal tarea, por tanto, del Ciclo de Educación Revolucionaria, consiste en la conformación de círculos de formación política, en los que se llevará a cabo la formación de sus integrantes como cuadros integrales. Dentro de tales círculos, además de estudiar sistemáticamente la teoría marxista, se debe llevar a cabo la necesaria lucha ideológica que permita el deslinde completo con la ideología burguesa, en todas las formas que se presente, incluyendo los muchos vicios que la sociedad capitalista ha implantado en la sociedad, motivo por el cual la vigilancia revolucionaria es también un pilar de la formación político-ideológica, basada en los principios fundamentales de la crítica y la autocrítica.
Así mismo, el estudio del marxismo y la lucha ideológica que comienzan a formar al cuadro revolucionario, debe dotarse de herramientas suficientes para un propio desarrollo ideológico, que le permita realizar balances que vayan dando por saldadas ciertas cuestiones ideológicas que son necesarias de saldar. **
De los primeros círculos constituidos, de los cuales no buscamos un simple crecimiento cuantitativo, sino cualitativo, deben comenzar a forjarse los primeros cuadros revolucionarios, que sean capaces de ampliar el radio de acción del Ciclo y de desarrollar plenamente sus funciones en espacios mucho más amplios que los que hoy están delimitados. Es precisamente el llevar la educación revolucionaria a los centros de vida del proletariado una de las tareas fundamentales, y para esta tarea es necesaria la existencia de cuadros revolucionarios.
El ampliar el radio de acción y el alcance del Ciclo de Educación Revolucionaria nos permite la construcción de, además de bases de apoyo sólidas, las condiciones subjetivas para el siguiente paso de la lucha revolucionaria.
Recalcamos que nuestro fin no es la educación revolucionaria en sí, sino que es un proceso necesario hacia la conformación del Partido de Nuevo Tipo Leninista, aquel en donde la clase trabajadora se constituye como partido político ella misma y a través del cual adquiere consciencia de clase para sí. Este proceso debe ser entendido como tal, como algo que presupone la formación de un Partido revolucionario.
Para llevar a cabo esta tarea, disponemos de nuestro Plan de Formación Política Esencial, el cual debe ser estudiado sistemáticamente por todas las células formadas y en base al cual deben desarrollarse las discusiones ideológicas.
III.
Sobre el desarrollo del Ciclo y sus objetivos concretos
Dentro de la conceptualización del "ciclo" entendemos que está constituido por determinadas fases o períodos, los cuales constituyen, a grandes rasgos, las diferenciables inicial, intermedia y final. Explicamos, por lo tanto, nuestra concepción del desarrollo del Ciclo y los objetivos que deben ser alcanzados en cada fase (Naturalmente, no planteamos estas tres fases como un manual etapista que se deba de seguir exactamente y forzosamente como se plantea, sino como líneas estratégicas determinadas. Las cuestiones tácticas, la manera en que concretamente se desplegará el trabajo del Ciclo se determinarán a partir de las condiciones y de la discusión colectiva.) Recalcamos que el desarrollo y despliegue de las distintas fases hacen del CER un proceso de larga duración.
1.- Inicial: La elaboración de un plan integral de formación político-ideológica y el estudio en colectivo del mismo, en busca de la asimilación teórica. En cuanto a la forma organizativa para conseguir este objetivo, se plantea la creación de células de formación político-ideológica para el estudio y la asimilación teórica en los barrios, escuelas, centros de trabajo y centros de vida del proletariado en general.
2.- Intermedia: Mediante la asimilación teórica se sentarán las bases para el balance político y el deslinde ideológico con los elementos burgueses y pequeño-burgueses, así como de la necesaria lucha ideológica que se debe desplegar en contra de la ideología burguesa, se presente ésta en la forma que se presente. Se busca, por lo tanto, la unidad ideológica, tanto dentro de la organización como en el movimiento comunista en general. No existe espacio para vacilantes. Las tareas en estos dos primeros períodos deben llevarse a cabo con suma dedicación y perseverancia, los cuales admitimos se irán templando a través del propio trabajo político y de su despliegue práctico.
3.- Final: La asimilación teórica y la consecución de la unidad ideológica son las bases fundamentales para la formación de cuadros comunistas, por lo que se plantea pasar al despliegue y la sistematización de nuestra experiencia en todos los espacios en donde nos encontremos, espacios que serán constituidos bajo la consigna de construir y defender a toda costa la independencia política, ideológica y organizativa del comunismo, sin dar ningún tipo de concesión a la ideología burguesa y sus propias formas organizativas.
Una vez finalizado el Ciclo y que sus tareas se hayan agotado, no nos proponemos el que la formación político-ideológica pase a un segundo plano, o sea vista como un mero recuerdo grato, sino que los cuadros comunistas, cuya constitución es el objetivo central del CER, tengan la capacidad de sintetizar y desplegar la experiencia adquirida a través de este proceso ante el grueso del proletariado; esto entendido como cuestión fundamental para la constitución de la propia clase en partido político ella misma, para que la "teoría se haga fuerza material en cuanto que aferra a las masas" (Marx, Crítica del Derecho de Hegel). Para ello son necesarios auténticos revolucionarios profesionales, cuadros políticos, que rompan definitivamente con la concepción y el papel del "activista" y de los profesionales de la reforma. No entra dentro de nuestros objetivos la formación de los cuadros hacia esos fines, y proclamamos que el papel del activista y el profesional de la reforma es ajeno al comunismo revolucionario.
Este documento es un panorama general a los objetivos y a la fundamentación teórico-política del CER. Las cuestiones particulares, que merecen un desarrollo mucho más detallado, como la cuestión de qué es un cuadro revolucionario, serán elaboradas en documentos teóricos específicos, que formarán como tal parte del CER.
"Ya que no puede hablarse de una ideología independiente, elaborada por las mismas masas obreras en el curso de su movimiento (lo que no significa, naturalmente, que los obreros no participen en su elaboración), el problema debe plantearse solamente así: ideología burguesa o ideología socialista. No hay término medio. Por eso, todo lo que sea rebajar la ideología socialista, todo lo que sea alejarse de ella, equivale a fortalecer la ideología burguesa. Se habla de espontaneidad. Pero el desarrollo espontáneo del movimiento obrero marcha precisamente hacia su subordinación a la ideología burguesa. Por eso, nuestra tarea, la tarea del comunismo revolucionario, consiste en combatir la espontaneidad, hacer que el movimiento obrero abandone esta tendencia espontánea del sindicalismo a cobijarse bajo el ala de la burguesía, y atraerlo hacia el ala del comunismo revolucionario"
Lenin- ¿Qué hacer?, capítulo II, página 145, ediciones Era (Paráfrasis)
Brigada Comunista
¡Hagamos de nuestra lucha, una escuela del comunismo!
